La Receta para El Tutor Perfecto


En la entrada titulada Así de Simple, hablé de aquellos valores más importantes que había que enseñar a nuestros alumnos. Para poder enseñar estas cualidades es necesario que el profesor les tenga, de este modo, la figura del tutor debería ser una representación de estos valores y principios. A su vez, debería tener rasgos de su personalidad que sean reflejo de esos valores.

Estos valores eran empatía, visión crítica y sabiduría (resumidos en “Don’t be a dick”).

También tengo que decir que en la entrada anterior a esta misma que estás leyendo, hablé de Jaime Escalante, un profesor que desempeño más roles en la vida de sus alumnos del que esperaban.
Teniendo esto en cuenta podría proseguir a hacer una enumeración de las cualidades que debería tener un tutor, pero no lo veo necesario, es ridículo intentar separar las cualidades de un tutor que desempeñe bien su papel ya que no son cosas que puedes ver en una lista e intentar interiorizarlas como si fueran una lista de la compra. ¿Paciencia? Sí. ¿Imaginación? Sí. ¿Empatía? Ay, no, se me ha olvidado, lo dejé al lado de los tomates, rojos de pasión por el trabajo.



Así que me voy a limitar a repetir lo que he dicho arriba; empatía, visión crítica y sabiduría, si tu personalidad abarca estos tres valores y todo lo que conlleva (paciencia, amabilidad, comprensivo, etc). Peor no hagáis una lista de la compra, mejor haced un poco de limpieza en casa que seguro que hay cualidades que serían mejor reciclarles o tirarles.

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