Aprendiendo sin Entender



Hace unos 15 años, teniendo yo  entonces 8 años, me mudé del sur de Inglaterra a Málaga. No fui solo, está claro, por alguna extraña razón mis padres también decidieron ir conmigo. Llegué allí sabiendo más bien nada de español y sin conocer las diferencias de vida entre un país y el otro. Mis padres decidieron que meterme de lleno en el sistema de educación español a lo mejor supondría un choque demasiado brutal para mí, ya que mi cuerpo todavía se estaba recuperando de su primera exposición al sol. De esta manera, terminé en un colegio internacional en un pequeño pueblo de Málaga. En este colegio internacional español, teníamos sólo una hora de español a la semana, lo justo y necesario para prepararnos para salir adelante, o eso les dijeron a mis padres.

Mis padres decidieron sacarme de allí después de menos de un año y me metieron en el colegio público del barrio en el que vivíamos. Cuando llegué a este colegio, sabía perfectamente que era el estudiante más "lento" de la clase, era de esperar que las únicas asignaturas que aprobaría en el primer cuatrimestre fueran... inglés. Sin embargo, algo curioso pasó en el siguiente trimestre: saqué la mejor nota en literatura y lengua española, lo cual no les gustó mucho a mis compañeros de clase. La razón de mi mejoría se debió mayormente a que la profesora de lengua, y no solo ella sino todos los profesores de ese centro, atendían a todos y cada uno de nosotros individualmente. Todos los días al acabar la clase, los profesores se acercaban a la mesa de los alumnos que necesitaban ayuda y a las de aquellos que la necesitaban pero no lo sabían.

Hombre, es cierto que no todo se debió a los profesores que tuve, yo también puse de mi parte, pero sin ellos no habría llegado a ese sobresaliente por el que todos mis compañeros me terminaron odiando. Por otro lado, la verdad es que les terminó motivando a ellos también, no a todos pero a la mayor parte; todos se empezaron a esforzar más porque querían hacerlo lo mejor posible y todos aprobaron con nota media de 7 si no me equivoco. El caso es que a veces pienso, ¿y si en realidad no saqué un 9 en ese examen de lengua y la profesora tenía diseñado un plan “malévolo” para motivar a sus alumnos? 



Nah, es que soy un estudiante ejemplar.

Comments

  1. Acabas de poner en valor el quid de la cuestión: "algo curioso pasó en el siguiente trimestre: saqué la mejor nota en literatura y lengua española, lo cual no les gustó mucho a mis compañeros de clase. La razón de mi mejoría se debió mayormente a que la profesora de lengua, y no solo ella sino todos los profesores de ese centro, atendían a todos y cada uno de nosotros individualmente".
    Y ahora que ya lo sabes ¿cómo vas a ser tú como profesor?

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  2. Muy fan de tus entradas, de tus juegos de palabras y de la vuelta de tuerca de temas manidos. :)

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  3. Yo venía a comentar algo serio, pero luego leo "ya que mi cuerpo todavía se estaba recuperando de su primera exposición al sol" y se me pasa un poco. Cuesta ponerse en tu piel con 8 años y tener que adaptarte a una cultura que en nada se parece a la tuya, y aún así sacar tu carrera académica hacia adelante como has hecho. ¡Un blog genial, Thomas!

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